Los “ingenuos” no imitan: están, frente al modelo, en relación directa. Nada se interpone; ninguna noción previa nubla con perjuicios de capilla o con andamiaje técnico el acatamiento de su sencilla sinceridad. La suya es una pintura encantada y participa del clima incorruptible de lo maravilloso. Ilustradores espontáneos de cuentos cándidos y bellos, respiran un aire feérico. Cada uno de ellos es un poeta narrador, un orador de escenarios y personajes mágicos.
Por Manuel Mujica Lainez